lunes, 6 de abril de 2015

Práctica Mindfulness: ÁRBOLES RESPIRANDO EN 1º DE PRIMARIA





EDUCANDO CON ATENCIÓN DESDE EL CORAZÓN. Os invito a que leáis, disfrutéis y visualicéis la preciosa práctica de mindfulness que Toñi Martín Arganda, realiza todos los días con su alumnado de 1º de Primaria. 




Centro Educativo: CEIP SAN FRANCISCO
Nivel: 1º PRIMARIA
Docente: ANTONIA MARTÍN ARGANDA


      Soy tutora de una clase de primero de primaria. Los ñiñ@s tienen entre seis y siete años.Todos los días, después del recreo, los niños se sientan y comienzan a respirar.



      Los pies deben de estar bien asentados en el suelo, la espalda bien derecha, las manos reposando sobre la tripa, los ojos cerrados. El aire se toma por la nariz y se expulsa despacito por la boca. La respiración debe ser abdominal y tienen que notar que la tripa se hincha y se deshincha, como un globo.

      Se les pide que cuelguen en el árbol de las preocupaciones todo aquello que les molesta: cualquier problema que hayan tenido en el recreo, en casa, en la clase…

      Se hace una relajación dirigida: se empieza a tomar conciencia de los dedos de los pies, plantas de los pies, empeine, tobillos, piernas, rodillas, muslos, abdomen, tórax, espalda, hombros, brazos, codos, antebrazos, muñecas, manos, dedos de las manos, cuello, cabeza, cara (frente, párpados, mejillas, nariz, labios lengua).
       Consiste en vaciarnos por dentro y tener la sensación de estar huecos, pesados, calientes… De abandonarnos.


      Podemos acompañarnos y ayudarnos de estrategias.

   1.  Para que no se muevan y permanezcan quietos podemos sugerirles que son árboles y      nuestros pies son las raíces, que tiran de nosotros hacia abajo, metiéndonos más y más      en la tierra.     
   2.  Nuestro tronco son las piernas y nuestro propio    tronco.
   3.  Nuestra cabeza es la copa del árbol.
   4.  Nuestras ramas son los brazos.
   5.  Nuestras hojas son los dedos de la mano.

      Si estamos con el tema del otoño, intentamos percibir la sensación del viento en las ramas, en las hojas, en el tronco.

      Si estamos en invierno, nos imaginamos que nieva y sentimos los copos blanditos caer encima de nosotros y nos acarician y relajan.

      Si estamos dando las plantas, podemos reforzarlo imaginando que, en cada inspiración, absorbo el agua desde las raíces y la llevo a todas las partes del cuerpo.

      Otras veces, pienso en un árbol e intento percibir cómo es mi tronco (tamaño, textura, grosor…). Observo si tiene flores, frutos…




      También se les puede pedir que busquen en su recorrido algún punto de su cuerpo que esté tenso, que les duela, que les pique, que les incomode… y que sigan respirando llevando la respiración allí, pero sin moverse.

      Otra actividad puede ser pedirles que presten atención a todo lo que escuchen fuera o dentro de ellos. Luego se hace una rueda de cambio de impresiones.

       Después de cada ejercicio se les pide voluntariamente o se les anima a los más tímidos a que compartan sus experiencias.Todas las actividades pretenden hacer una parada física y mental y centrarnos en el momento.

      Es realmente hermoso ver a tantos niños enfrente de ti, abandonados, confiados, blanditos…También es verdad que siempre hay algún niño que no aguanta todo el tiempo. Incluso tengo uno que sólo en contadas ocasiones ha conseguido sumergirse en la actividad.

      A veces se me ha pasado por la imaginación fotografiarles, pero para mi es mi momento mindful  y no quiero perderme un solo instante de ese gran espectáculo que se me brinda cada día.



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